Javier y su esposa Dafne, hicieron aliá desde Argentina en agosto de 2021, residen actualmente en un Centro de Absorción que cuenta con el apoyo de Keren Hayesod y la Agencia Judía, definen su proceso de aliá y absorción como “increíble”.

A Javier, de 32 años, y a su esposa, Dafne, les tomó tan solo ocho meses llenar y presentar su papeleo, empacar sus pertenencias y aterrizar en Israel después de que decidieron concretar su aliá desde la provincia de Tucumán, Argentina. A su llegada a Israel, en agosto de 2021, tuvieron que pasar una semana en cuarentena en Tel Aviv y luego se instalaron en el Centro de Absorción de la ciudad de Raanana.

“Vine a Israel buscando un futuro más promisorio y no hay mejor manera de pasar a ser la mejor versión de ti mismo que siendo fiel a tu esencia y conectándote con tus raíces”, explica Javier. “Cada piedra de este país tiene una historia y llevamos generaciones hablando y recordando cada una de ellas. Estados Unidos puede ser tierra de grandes oportunidades, Europa puede ser cuna del arte y la cultura, pero Israel es más que eso: Israel es nuestro hogar”.

Ubicados a lo largo y a lo ancho de Israel, los Centros de Absorción son viviendas temporarias que brindan un “aterrizaje suave” y un marco de apoyo para los nuevos olim (inmigrantes) a medida que se aclimatan al tejido social israelí.

“Vivir en el Centro de Absorción en Raanana ha sido tremendamente útil, tanto por las lecciones semanales de hebreo por Zoom como por los seminarios web que nos proporcionaron diferentes profesionales”, explica Javier, agregando: “a cada paso que dimos a lo largo del camino, la Agencia Judía estuvo allí presente para brindarnos información y apoyo”.

Desde el momento en que decidieron hacer aliá, Javier se había propuesto cumplir con la regla de “no hablar inglés”, para así poder practicar el hebreo con más frecuencia. A pesar de ello, Javier reconoce que les queda aún mucho por aprender a nivel de idioma.

“Lo único que les diría a otras personas que estén pensando en hacer aliá es que aprendan tanto hebreo como les sea posible antes de venir, ya que ello hará que todo aquí les resulte más fácil”, aconseja Javier.

En el Centro de Absorción, además de aprender hebreo y acceder a varios recursos tendientes a facilitar esta etapa de su absorción, la pareja disfruta de conocer a olim provenientes de distintas partes del mundo, desarrollando con ellos relaciones que les hacen sentir que están construyendo una verdadera comunidad.

“Nuestra experiencia aquí ha resultado increíble; hemos conocido a personas de tantos países diferentes; cada día ha sido una oportunidad para conocer nuevos amigos, y hasta ahora ha sido maravilloso”, comenta Javier. “La gente es definitivamente lo mejor del Centro de Absorción de Raanana, ¡aunque la ubicación también es difícil de superar!”

En cuanto a la pregunta de dónde vivirán después de su estadía en el Centro de Absorción, Javier responde que aún tienen que decidirse, pero que todo dependerá de dónde encuentren empleo.

“Soy contador público y mi esposa es reumatóloga, por lo que el lugar donde consigamos puestos de trabajo influirá en la decisión acerca de la localidad en la que decidamos vivir. Cerca de Tel Aviv, Ramat Gan o Givatayim sería fantástico, ya que eso nos pondría cerca de la playa y en ciudades que están habitadas por mucha gente joven”, sostiene Javier. “Pero aún no hemos decidido nada definitivo ya que también nos hemos enamorado de Raanana. Estamos muy emocionados de echar fuertes raíces aquí y construir nuestro hogar en la patria judía “.

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