3G y Keren Hayesod por más de una década han trabajado en conjunto para capacitar y fortalecer al liderazgo comunitario, muchos directores de instituciones han sido parte de este programa que aún sigue vigente y en tiempos actuales cobra una relevancia indiscutible en la juventud comunitaria. Hemos decidido titular este artículo con Juventud y Esperanza, resaltando la importancia de esta alianza que únicamente se ha afianzado con el tiempo.
Del 16 al 23 de junio de 2024, diez líderes comunitarios chilenos de 3G participaron en una misión transformadora en Israel, organizada por Keren Hayesod. Fue un viaje que los sumergió en las profundas complejidades del conflicto palestino-israelí y mostrando la inquebrantable resiliencia del pueblo israelí. A continuación, les dejamos la bitácora de nuestro Sheliaj Roberto Avram quién acompañó esta delegación de jóvenes. Empezamos en Tel Aviv, una ciudad vibrante donde nos impactó la exposición «7 de octubre» de Ziv Koren en el Centro Peres para la Paz e Innovación. Las imágenes nos dejaron sin aliento, revelando el dolor y la fuerza de una nación que se enfrenta al desastre con dignidad y esperanza. En Jaffa y Neve Tzedek, el espíritu de resistencia y renovación era palpable en cada callejón, en cada rincón histórico, nuestro guía André, nos explicaba la historia que escondía cada centímetro de tierra, incluyendo entre las anécdotas las leyendas griegas que referían a las rocas en el mar mediterráneo en la costa de Jaffa.
Nuestro viaje continuó hacia el norte, donde visitamos el Centro Alma y conocimos a la Tte Cnel (Res) Sarit Zehavi de Inteligencia. Sus palabras, cargadas de experiencia, pasión y dolor por la situación en el norte, nos ayudaron a entender los desafíos de seguridad que afronta Israel frente al Hezbollah. Pero fue el encuentro con los jóvenes de la Aldea Juvenil Ben Yakir lo que verdaderamente nos tocó el corazón. Allí, vimos cómo la dedicación y el amor pueden transformar vidas, ofreciendo esperanza a quienes más lo necesitan, los chicos, que llegan en situación de riesgo social, reciben terapias con música y animales, y la dedicación que reciben del equipo en Ben Yakir les han dado una esperanza para su futuro.
En Tel Aviv, el Museo ANU del Pueblo Judío nos ofreció una visión conmovedora de la rica historia y cultura judía. Pero fue la reunión con Tamara y Galia desplazadas del kibbutz Mefalsim quienes nos contaron del fondo de apoyo a las víctimas del terrorismo y como éste fondo les ha cambiado la vida. Además, nos encontramos con los padres de los rehenes en la Plaza de los Secuestrados lo que nos dejó una huella imborrable. Sus historias de valentía y dolor resonaron profundamente en nosotros, recordándonos la
importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo, no debemos descansar y debemos contar sus historias en todo el mundo.
En la noche tuvimos una cena con Elchanan Shizgal (Eli) un chico de 22 años que desde el 7 de octubre se encuentra en reserva, entrando y saliendo de Gaza constantemente, nos compartió su visión sobre importancia de tener un ejército moral y ético, y las complejidades que estos chicos viven en el campo de batalla a una edad tan joven. La visita al sur de Israel fue especialmente desgarradora. En el Kibutz Kisufim, Danny Garcovich, chileno de nacimiento, compartió la historia de su hija Lorena (Dafne) y de su yerno Iván Illarramendi, quienes fueron brutalmente atacados en su hogar. Su dolor era palpable, pero también lo era su determinación de seguir adelante. En Sderot, una ciudad
constantemente bajo amenaza, vimos cómo la comunidad se mantiene firme, unida por un
espíritu indomable. Jerusalem nos recibió con su solemne belleza. En el Monte Herzl, el nuevo salón nacional en honor a los soldados caídos fue un recordatorio poderoso de los sacrificios que se hacen en nombre de la paz y la seguridad seguido por un recorrido con el Dr. Dan Tirza por la Línea de costura de Jerusalem, ofreciéndonos una perspectiva geopolítica esencial.
El Shabat en Jerusalem fue un momento de reflexión y gratitud. La oración Shehecheyanu en el Kotel, seguida por el rezo de Shabat en compañía de locales y turistas de todo el mundo nos conectó profundamente. El sábado realizamos recorridos por los barrios de Jerusalem, recordándonos no solo la santidad y la importancia histórica de esta ciudad para judíos, cristianos y musulmanes por igual, sino que todos los judíos desde más seculares hasta más ortodoxos estamos hechos de la misma fibra y somos un solo pueblo tejido en común por la misma historia.
El último día incluyó una charla con Haled Abu Toameh, un periodista árabe israelí que nos presentó una perspectiva única y valiosa del conflicto. Su experiencia como musulmán viviendo en Israel nos ofreció una visión enriquecedora y crucial para comprender las complejidades del conflicto desde la visión árabe israelí, al final entendimos que todos buscamos una paz duradera para el desarrollo de Israel.
La misión concluyó con una sesión de clausura en las oficinas de Keren Hayesod. Discutimos la importancia de donar a Israel y de apoyar al pueblo judío en tiempos de necesidad. Este viaje nos cambió, profundizando nuestra comprensión del conflicto y reforzando nuestro compromiso con Israel.
Este viaje no fue solo un recorrido por lugares y eventos; fue una profunda inmersión en el alma de Israel, en sus entrañas, en su sociedad, en su complejidad y su deseo de seguir adelante, una nación que, a pesar de enfrentar adversidades inimaginables, continúa adelante con valentía y esperanza, con muchas ansias de celebrar una paz verdadera.