Desde el fatídico 7 de octubre como muchos israelíes que vivimos aquí en Chile, tuve una

extraña sensación de querer volver a casa, de estar cerca de mis seres queridos, de abrazar a todos los amigos cercanos que perdieron a alguien o que tienen a su gente luchando en el frente de batalla, y no son pocos. La nostalgia y la añoranza se hicieron parte de mi día a día, pero me enfoqué en visitar a la gente de la comunidad en Chile y contarles lo que se está viviendo en Israel, hacer de mi trabajo diario, mi misión de vida y buscar la manera de apoyar de la mejor manera a Israel.

A finales de diciembre me informaron que tendríamos un seminario internacional de shlijim en Israel, un hito histórico que ocurrió por primera vez en 103 años de existencia del Keren

Hayesod este año en Jerusalem, reuniendo a más de 50 shlijim de todo el mundo para discutir temas sobre las necesidades prioritarias de Israel en tiempos de emergencia, la respuesta de las comunidades a nivel mundial y la importancia de seguir trabajando en pro de un país que cada día más necesita nuestro apoyo.

Mi viaje a Israel me emocionó mucho, estaba nervioso de volver a un país cambiado por los

hechos atroces del 7 de octubre, un día que conmocionó al mundo entero y que sin duda

quedará marcado en la memoria colectiva del pueblo judío como lo hizo la noche de los

cristales rotos en los años 30.

Al llegar a Israel el 19 de enero, lo primero que ví, fue un homenaje a los secuestrados y desaparecidos.Comenzaba con una obra de arte gigante expuesta en la salida del aeropuerto Ben Gurión, compuesta por las famosas placas “Bring them home” en diversos tamaños colgando del techo y seguido por los carteles de cada uno de los secuestrados en la bajada a la zona de retiro de equipajes, en donde cada uno de los conocidos de aquellos secuestrados han colocado mensajes y homenajes en su recuerdo.

Durante nuestro seminario, visitamos las viviendas en los diferentes kibbutzim, estuvimos en Nir Oz, en Alumim, en Netiv Haasara, en Ofakim y en Sderot. Entendimos que por el momento, el sur de Israel va a ser quizás, la mayor prioridad de los recursos del estado, y que nosotros como Keren Hayesod tenemos el deber de apoyar a la reconstrucción de vidas, al bienestar de las personas que han perdido tanto y ayudarlos en el proceso más difícil, que es avanzar en sus vidas y crear un ambiente de resiliencia y de fortaleza.

Cuando visitamos Nir Oz, conversamos con Mijal Uziau, quién actualmente se está postulando a Concejal del Consejo Regional Eshkol y vive en Nir Oz. Mijal primeramente nos agradeció el estar presente todo el tiempo, nos contó que Keren Hayesod fue la primera organización en llegar al sur a tan sólo dos días de los hechos, y que siempre hemos sido un aliado y un amigo.

Mijal hablaba de la necesidad de cambiar el léxico con el que se habla acerca del sur,

“Nosotros no hablamos de PTSD (Post-Traumatic Stress Disorder), para nosotros es TSD, la P, se refiere a la superación de un trauma luego de haberlo vivido, pero en las poblaciones del sur, el trauma se revive cada vez que suena una sirena”.

Amnon, encargado de seguridad de algunos de los Ishuvim (poblados), nos contaba que tuvieron 5 operaciones de las FDI en los últimos 4 años y que su nieta – quién sabe la responsabilidad de Amnon en los poblados – le preguntaba jocosamente todo el tiempo cuándo tendrían de vuelta una “Jufsha Beaftaa” – vacaciones por sorpresa, (nombre código que tomó el desplazamiento de familias, luego de esta intervención de su nieta), pues las evacuaciones se realizan entre las 2:00 y las 5:00 am cada vez que había una operación y así los chicos no sentían el temor por estar siendo evacuados.

Indiscutiblemente, la prioridad está en crear una resiliencia para estos poblados, ofrecerles centros con apoyo psico-emocional para tratar cada una de las heridas que cargan por la tensa situación en la que viven, recrear las comunidades que se alejaron por el distanciamiento geográfico en estos 4 meses de amigos y familiares repartidos en diferentes hoteles y proporcionarles las herramientas para fortalecer su independencia económica y que retomen sus labores cotidianas.

Keren Hayesod, en conjunto con la Agencia Judía, están trabajando en un Fondo especial de apoyo a las comunidades del sur, que recibirá fondos de las comunidades y será repartido de manera equitativa entre los kibbutzim afectados. Esto permitirá a las comunidades adoptar entre 10 y 13 poblados del sur sin crear un vínculo con ellos, permitiéndoles independencia al recibir apoyo económico para crear planes de resiliencia y reconstrucción.

Otra buena noticia, es la asociación de Keren Hayesod con Israel Rises, una organización intersectorial de los sectores privados y públicos que apoya a Israel en la guerra, mientras comienza el proceso de rehabilitación. La organización incluye a los CEO´s de las empresas más importantes del sector privado en Israel y agrupa además a las ONG´s más importantes de Israel, entre ellas Keren Hayesod como la organización con mayor antigüedad y mejor transparencia en el manejo de fondos provenientes de la diáspora.

El tema de las ONG´s fue un tema que se trató durante el seminario, pues durante estos primeros cuatro meses de guerra, y como en todo momento de crisis, vimos a nivel global un aumento de organizaciones y fundaciones que recaudaban fondos desde Israel de manera particular con diversos propósitos y actualmente se encuentran bajo un fuerte escrutinio por parte del servicio de impuestos en Israel.

Muchas de estas organizaciones no cuentan con los permisos necesarios para actuar como organizaciones sin fines de lucro, es por esto que desde Keren Hayesod hacemos un llamado a la comunidad a prestar atención sobre los fondos que se envían a Israel y a ponerse en contacto con nosotros siempre que quieran derivar una donación específica, puesto a que KH a nivel internacional cuenta con un alto nivel de transparencia y somos auditados de manera anual por firmas internacionales que nos avalan como tal.

Eventualmente, KH además de la emergencia que se vive en Israel, cuenta con un compromiso con la Agencia Judía para apoyar a los diferentes proyectos que se han creado a lo largo de los años, la constante aliá que se ha intensificado en los ultimos meses con el creciente antisemitismo, el apoyo a los centros de absorción, las aldeas juveniles que apoyan el desarrollo y la educación de jóvenes en situaciones de riesgo, los programas de Masá como shnat ajshará que hoy son más importantes que nunca para fortalecer el vínculo entre la diáspora e Israel, y las viviendas de Amigour en donde más de 7500 personas de la tercera edad viven de manera digna.

Al llegar a Chile, comprendí una realidad muy diferente a la que se vive en Israel, aquí hemos logrado de algún modo volver a la rutina aunque la gran mayoría de nosotros aún cargamos un pesar de lo que se vive en Israel, pero la realidad que se vive allá, es una realidad en tensión y preocupación constante, y debemos tener presente que la ayuda no debe detenerse en ningún momento y que cada aporte va dirigido a la resiliencia.

Mi experiencia en el seminario de Shlijim, me ayudó a ver con otros ojos lo que está sucediendo, las necesidades que hay y las ganas también que tiene Israel de levantarse y seguir adelante de la mejor forma posible. Somos parte fundamental en el futuro de nuestro pueblo, de la historia viva que se está escribiendo en estos momentos, y responsables de lo que les diremos a nuestras futuras generaciones cuando nos pregunten qué hicimos por Israel durante la guerra “Escudos de Hierro”.

¡Am Israel Jai!

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